Se termina el 2024 y con eso un año complejo para el periodismo musical. La promoción de la música se hace cada vez más por medio de influencers y el periodista y medios están quedando relegados
Lo más complejo siempre es conseguir los recursos, la parte económica parece ser la piedra en el zapato para que proyectos independientes se mantengan y crezcan, o que grandes medios le sigan apostando al periodismo cultural.
Este año cerró Shock, sin anuncio importante hacia sus lectores. Una institución en el periodismo musical que desapareció de la nada. No es nuevo, estos cierres de medios de comunicación culturales vienen ocurriendo en los últimos años.
La realidad actual es que los artistas y agencias prefieren cada vez más acercarse a influencers, que replican la información dada y hacen contenidos virales con los artistas.
Pero ¿dónde queda el conocer un poco más de la música? Conocer cómo se hizo un disco, que lo inspiró, adentrarse en la creación de una canción. Además de los espacios de crítica que ponen conversaciones sobre la mesa de cosas que pueden llegar a ser incómodas para la industria.
Con la intención de que espacios como estos todavía existan, en el Podcast Sonidos y Silencios hicimos un cambio de imagen, para acercarnos a más personas, que los productos en redes sociales sean más atractivos y que las entrevistas que hacemos con artistas lleguen a más personas.
Seguiremos con la idea de darle voz a nuevos artistas y promover el talento local, esperamos un 2025 con más periodismo musical.